La pandemia del Covid-19 ha dejado
de manifiesto que la ingeniería hospitalaria es muy relevante y que es parte de
la asistencia sanitaria.
La ingeniería
hospitalaria es un actor principal de la sanidad española. Los ingenieros y arquitectos, no
están detrás del profesional sanitario, sino que están junto a él prestando servicios
asistenciales y que este se desarrolle en un ambiente acorde con las necesidades de la prestación.
Los avances que se producen en la
sanidad se deben incorporar de manera eficiente y basándose en la ciencia. Es
necesario que identifiquemos las necesidades del sistema para introducir
soluciones.
Se plantean continuamente nuevos
retos y dificultades provocados por la incorporación de nuevas tecnologías, la
pandemia y por aspectos como el estancamiento económico o la inflación o la
lucha contra el cambio climático.
Tenemos que hacer los hospitales más
eficientes, no solo sus edificios, sino también en los procesos asistenciales. Los nuevos hospitales no serán
igual que los que hemos conocido hasta ahora.
Sin la ingeniería, “un hospital no funciona”. Los ingenieros son el “eje vertebrador” de la sanidad. La labor del ingeniero hospitalario a pesar de su empeño por que no afecte al desarrollo diario de la asistencia sanitaria, es un trabajo que no es invisible para los pacientes, e incluso, para los profesionales, y que revierte en resultados que sirven para mejorar la capacidad asistencial de los servicios de salud.